Como les comenté
anteriormente, el fin de semana lo pase fuera de Madrid esquiando, por lo que
no corrí ni un kilometro, además de haber comido bastante. El lunes, aún con
las piernas un poco cansadas de hacer snowboard, pero ya sin agujetas ni
cansancio serio, salí a correr.
Cuando salí, como no sabía en
verdad como estaba, me plantee tres metas con mucho para jugar, un mínimo de
12,5K, a partir de 15K estaría satisfecho, 18K los vería como muy buenos y de
llegar a los 21,165K sería, además de la sorpresa y la felicidad que ello
conlleva, lo máximo que haría.
Antes de la dieta que hice en
enero, hubo varias veces que coquetee con correr 21K, corí 18 en una ocasión,
17 en otra y 15 en varias. Me parece que cuando uno se monta en 15, pese a que
quedan 6 kilómetros por correr todavía, los 21 se sienten a la vuelta de la
esquina, ni hablar cuando llegas a 18.
Salí, con un ritmo suave,
pese a que lo he aumentado considerablemente en el último mes, pero sin
arriesgar, tomé rumbo Casa de Campo, como es costumbre, par de vueltas a la
laguna, para quitar el “oxido” de las piernas, y rumbo a la primera subida del
día, la cual superé sin mayores problemas, es más fácil que el camino de
Somosaguas, del que les he comentado ya.
Cuando llegué arriba me
sentía bien, por lo que desde ahí me dije a mi mismo, que este podía ser el
día, así que decidí tomar el camino de las bicicletas que va por la parte alta
de Casa de Campo, muy pegado a Pozuelo, seguí corriendo por ahí hasta el camino
de Somosaguas, aprovechando que lo conocía, decidí bajar por ahí, al ser
bajada, aumenté mucho el ritmo, pero sin forzar y teniendo mucho cuidado con el
paso, para evitar una lesión, en verdad no me gustan las bajadas.
Ya llegando abajo, en donde
la inclinación es mayor, sentí una pequeña molestia en la parte externa de la
rodilla izquierda, dolor que me ha dado muchas veces. Paré un momento, estiré y
probé volver a arrancar, el dolor desapareció, quedo una sensación, pero no me
molestaba para correr, por lo que decidí ir en vía contraria a casa, para
alargar la ruta y hacer más kilómetros, llegué al Zoológico y me devolví,
fueron unos 3K, cabe acotar que desde el kilometro 8 hasta prácticamente el
final de la carrera, el ritmo estuvo por debajo de 5:30 min/k, algo muy decente
para lo que venía haciendo, más si tomamos en cuenta que lo mantuve por 13
kilómetros.
No es falso que en el 17
estaba un poco cansado y que en el 19 un poco más, pero aún así quería llegar a
los 21K, creo que estaba picado por toda esa gente en Caracas que lo corrió,
que en verdad me alegro mucho por ellos, pero no me quería quedar sin correr mi
propia media maratón CAF, así estuviera en otro clima y en otro continente.
Pese a llevar un buen ritmo
en gran parte del recorrido, esos kilometro a 6:20-6:30 en subida y el par de
paradas que hice para estirar y tomar agua, me perjudicaron bastante, pero la
sensación que me queda es de victoria.
El martes amanecí cansado,
con molestias en ambas rodillas, lesiones en varios sitios de la piel, pero sé
que son dolores pasajeros, ya hoy amanecí mucho mejor, creo que hasta voy a
correr, a pesar que en Madrid amaneció nevando.
Cuando decidí hacer la media,
me puse como objetivo romper las dos horas, hasta esta carrera lo veía como una
utopía, hoy lo veo como algo muy posible, me quedan cuatro semanas de
entrenamiento todavía, dejando una quinta para descansar y estar, no a tope,
pero si con buen descanso en la carrera, y me creo muy capaz de bajar esas 2:03:14
de mis primeros 21K.
Nos vemos pronto,
Rafa – El gordito corredor