Hoy, cuando me levanté, tenía
planeado entrenar velocidad, mi plan era correr unos 5-6 kilómetros y luego 10
series de 150 metros, a medida que el día iba pasando y viendo lo que tenía que
hacer, veía cada vez más difícil la posibilidad de llevar a cabo ese plan, pero
no quería dejar de entrenar velocidad.
Llegué a mi casa, con el
tiempo justo para correr, bañarme y salir a hacer algunas cosas, que no podía
dejar para después, como iba justo de tiempo y en esto de correr uno tiene que
ser creativo, recordé un artículo que hablada de entrenamientos de velocidad en
el cual mencionaba las “tempo running” si mal no recuerdo el nombre, por lo que
decidí probarlas.
Para los que no saben, esta
manera de entrenar velocidad consiste en aumentar considerablemente el ritmo
durante la parte media de la carrera, por lo que empiezas a un paso bajo, luego
subes tu ritmo a “cómodamente fuerte”, y luego lo vuelves a bajar para
finalizar la carrera. El artículo que leí ponía como ejemplo una carrera de
10K, en donde los primeros dos eran suaves, los seis del medio eran de alta
velocidad y finalmente los últimos dos volvías a bajar el ritmo. Como pueden
ver, la parte gruesa del entrenamiento está en la parte en donde uno sube el
ritmo, por lo que hay que hacerlo con mucho cuidado para no quemarse antes de
cumplir.
Como era la primera vez que
probaba esto, quería hacerlo con mucho cuidado, no quería forzar y quiero
correr largo el domingo, por lo que decidí hacer 5 kilómetros, con los tres del
medio a un ritmo considerablemente más fuerte. Adicionalmente, decidí en los
tres del medio ir subiendo poco a poco la velocidad, no hacerlo de una, es
cierto que entre el 1 y 2 hubo una diferencia de ritmo, pero no tanta como en
el último a ritmo fuerte en comparación con los suaves de los extremos.
Logré hacer los 5k como lo
planee, termine muy satisfecho y CUIDADO no piensen que los kilómetros de los
extremos no son importantes, el primero te ayuda a soltarte y el último creo
que trae mucha fortaleza mental, vienes de presionar mucho y en vez de parar,
sigues corriendo a un ritmo menor.
Cuando termine, les puedo
decir que por los “dolores” que tenía, que había sido un buen entrenamiento,
por el cambio del paso que tuve, fue necesario poner una postura más agresiva,
me incline más hacia delante y la pisada también cambió, solo utilizaba las
puntas de los pies, por lo que los gemelos y los glúteos trabajaron
considerablemente más que en una carrera normal.
Lo que más me gustó, es que a
diferencia de los piques, te acostumbras a ir a un ritmo más fuerte por mayor
tiempo, los piques nunca son tan largos, en cambio esto si, no solo te entrena
las piernas, te entrena también la cabeza.
Si nunca lo han intentado y
quieren darle variedad a los entrenamientos de velocidad, se los recomiendo, yo
los seguiré usando, ya les contaré más de sus beneficios cuando empiece a
verlos…
Nos vemos pronto,
Rafa – El gordito corredor
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