Como muchos de ustedes saben,
y otros suponen por el nombre del blog, flaco, flaco no soy. Si es cierto que
he perdido unos 10 kilos en los últimos dos meses, pero sigo sin estar en mi
peso óptimo, pero los beneficios de ser más delgado ya han florecido.
Es cierto que hice una dieta
muy fuerte durante dos semanas, seguidas por tres de una de mantenimiento en
donde básicamente no consumía carbohidratos, que entrenar era sumamente difícil
y que durante ese mes y algo más reduje mi distancia semanal a menos de la
mitad, todo era más complicado, pero nunca deje entrenar por completo.
En estas últimas dos semanas
ya he comenzado a comer algunos hidratos de carbono, me cuido mucho más y he
seguido combinando ejercicios de fuerza, con entrenamiento de distancia, lo que
trajo como resultado que me sintiera mejor corriendo.
Aquí no quiero dármelas del
inventor de la rueda, sabemos que si estamos más flaco vamos a rendir mejor, lo
que pasa es que muchos de nosotros, en esto me incluyo, nos conformamos con los
tiempos y distancias que estamos haciendo con el sobrepeso y nunca nos
imaginamos que tanto podemos mejorar.
Esta semana fue cuando me di
cuenta de todos los beneficios que trae perder ese peso de más, tengo un 21k en
poco más de un mes, y estaba realmente asustado si iba a poder llegar a la
distancia porque en verdad siento que no he corrido lo suficiente en los
últimos meses. Esta semana fue diferente, empecé el lunes corriendo 21k en
2:03:14, un tiempo decente tomando en cuenta que es la primera vez que lo hago,
que lo hice en un circuito con muchas colinas y que además no me hidrate ni me
preparé en cuanto a nutrición ni durante la carrera, ni en los días previos a
la misma. Pero eso no es todo, solo los primeros 8 kilómetros los hice por
encima de 6 min/k, de resto baje de 5:35 min/k, muy buen tiempo, tomando que
hace un mes me costaba bajar del 6:30, es cierto que estaba más lento de lo
normal por lo de la dieta, pero previo a la dieta era un ritmo que ni en el
mejor día lograba mantener.
La cosa no termina ahí, dos
días después, un poco apresurado, lo se, volví a salir e hice 7 kilómetros,
paré solo porque sentí una pequeña molestia en una rodilla, tampoco quiero
romperme estando tan cerca de la carrera, llegué a casa, hielo y poco más y hoy
después del debido descanso, volví a salir, quería hacer como mínimo 12 para
redondear una semana de 40K, los logré, metiéndome por una ruta con colinas y
sin mayor esfuerzo, de hecho hubo un momento que pensé en tirarme 21K de nuevo,
pero creo que prefiero dejarlo para la semana que viene.
El ritmo de las dos carreras,
muy bueno, volviendo hacer kilómetros cercanos a los cinco minutos y lo mejor
no es eso, es la sensación, los estoy haciendo sin esfuerzo extra, es mi nuevo
ritmo natural.
Y es que sencillamente tengo
10 kilos menos, pero al mismo tiempo estoy más fuerte y no solo de piernas,
también el núcleo y los brazos, lo que me ha traído muchos beneficios, menos
dolores y mejores sensaciones. Si tienen unos kilos de más, les invito a que se
los quiten, sacrifiquen un mes de entrenamiento, pierdan el peso, pero eso si,
nunca paren de correr, bajen las distancias, combínenlos con otros deportes,
pero sigan haciendo ejercicio.
Nos vemos pronto,
Rafa – El gordito corredor (o
ya no tan gordito)
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