Hoy salí a correr y pese a
que todavía estaba un poco cansado del entrenamiento del domingo, no me
importó, como el domingo me sentí tan bien, dije que hoy podía hacer unos 8-10
kilómetros sin ningún problema, lo triste, el cuerpo me recordó que todavía no
estaba para eso.
Hay veces que estamos súper
motivados, que tenemos ganas de correr todos los días 10 o 20 km y terminamos
olvidando lo importante que es el descansar. Es cierto que el entrenamiento es
importante, que salir y correr es lo que nos hace mejorar, pero si nos
excedemos, podemos jugar en nuestra contra.
Cuando corremos o hacemos
cualquier esfuerzo físico, pequeñas fibras de nuestros músculos se rompen y
cuando el cuerpo las repara crea nueva fibra muscular que es lo que hace que
mejore nuestro estado físico.
Lo cierto es que si no
descansamos los suficiente no le damos tiempo al cuerpo para que repare las
fibra y por ende no mejoramos, sino que terminamos haciendo un efecto
contraproducente, es por ello que el descanso es casi tan importante como el
propio entrenamiento.
Para colmo de males, el
domingo después del entrenamiento de 15K, salí a hacer diligencias típicas de
un fin de semana y en vez de comerme algo, me bañé y con las mismas salí, por
lo que el cuerpo además de estar cansado, no tenía de donde reponer todo lo que
había quemado en el largo entrenamiento, por lo que al día siguiente amanecí
más cansado de lo normal y hoy terminó afectando directamente mi entrenamiento.
La moraleja de todo este asunto,
sepan llevar un balance entre el entrenamiento y el descanso, tengan en cuenta
que tanto uno como el otro son de suma importancia
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