Muchas veces, sobretodo
cuando queremos pasar nuestros límites, entramos en un proceso de negociación
con nosotros mismos, un kilometro más, hasta ese árbol que está allá, suelen
ser pensamientos que tenemos en esos momentos y si les soy sincero, son de las
cosas que más me gustan de correr. Si hablo de esa negociación que tenemos con nosotros mismos para lograr un objetivo.
En mi opinión personal correr
es un 50% de fuerza física, un 30% alimentación y un 20% fortaleza mental, pero
ese 20% si que puede hacer diferencia. Es por ello que siempre tenemos que
estar probándonos, tratar de ir un poco más lejos, meternos por una subida que
no estaba planeada, aumentar el ritmo por un tiempo determinado, pero cualquier
cosa que nos cueste un poco, pero que logremos, terminar con una sensación de
satisfacción es vital.
Pienso que cuando estamos
acostumbrados a sufrir un poco, tenemos más probabilidades de sobreponernos a
los nuevos retos, a no darnos por vencidos, a lograr terminar esa tirada larga
a la que no estamos acostumbrados.
Cuidado, no por esto vamos
siempre a tratar de tumbar barreras o buscar llegar todos los días a lugares
que no hemos llegado, podemos terminar sufriendo demasiado y termine
desmotivándonos en vez de darnos fuerzas, o peor aún, que traiga una lesión
como consecuencia e interrumpa el entrenamiento por un tiempo.
Al final, hay que quedarse con lo bien que se siente aguantar hasta el árbol, terminar el kilometro, bajar el tiempo y la satisfacción que nos deja al terminar el entrenamiento
Nos vemos pronto,
Rafa – El gordito corredor
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